Primera Página - Las Respuestas en la Cerveza
No hay ninguna respuesta que satisfaga la ansiedad de saber porque su vida es de esta forma. Primero esperaba encontrar la respuesta en muchas iglesias creyendo sentir algo diferente con el tiempo, pero nunca paso. Luego, encontró a una mujer a la cual se entrego según él, con todo lo que pudo, pero ella no lo hizo de la misma forma y todo terminó muy mal. Luego, busco en las artes esotéricas pero nada respondía su pregunta.
Él ni siquiera sabe cuál es la pregunta que debe contestarse para calmar la ansiedad. Solo sabe que no tiene la respuesta y que él no es como los demás. Pasa noches sin dormir buscando la razón o a veces tratando de olvidar y evadir que hay algo que debe contestarse. A veces se complicaba pensando cuál es el orden de las cosas: azar o una mente inteligente que ordenó todo esto.
Cada día que pasaba él perdía la fe de que este mundo era mágico, y que estaba destinado a seguir corriendo en la carrera de la rata hasta que su cuerpo cumpliera 60 años de existencia. La motivación por hacer algo nuevo por su vida iba cayendo en picada, ya no le importaba la apariencia ante los demás; él solo se preocupaba con cumplir los estándares básicos que la sociedad le impuso desde su conciencia.
Y en las noches, cuándo no había alguna distracción a la que recurrir, él entraba en trance con cada trago de cerveza que bebía. Se comenzaba a reír de todas las ridiculeces que le hacían preocuparse y terminaba llorando al no tener aquello que no se sabe que es. Era el último pero seguro lugar al que sus divagaciones filosóficas lo llevaban.
"¿Por qué estoy aquí con ellos?, ¿por qué me has salvado hace mucho y ahora siento que me has dejado en total abandono?, sé que he hecho mal, pero ¿será Dios capaz de perdonarme o ya comenzó a castigarme?". Es el momento donde todo hombre a mediana edad llega. En medio de la confusión entre trago y no trago él necesita si debe seguir el camino o debe esperar la revelación de algo más?
Él ni siquiera sabe cuál es la pregunta que debe contestarse para calmar la ansiedad. Solo sabe que no tiene la respuesta y que él no es como los demás. Pasa noches sin dormir buscando la razón o a veces tratando de olvidar y evadir que hay algo que debe contestarse. A veces se complicaba pensando cuál es el orden de las cosas: azar o una mente inteligente que ordenó todo esto.
Cada día que pasaba él perdía la fe de que este mundo era mágico, y que estaba destinado a seguir corriendo en la carrera de la rata hasta que su cuerpo cumpliera 60 años de existencia. La motivación por hacer algo nuevo por su vida iba cayendo en picada, ya no le importaba la apariencia ante los demás; él solo se preocupaba con cumplir los estándares básicos que la sociedad le impuso desde su conciencia.
Y en las noches, cuándo no había alguna distracción a la que recurrir, él entraba en trance con cada trago de cerveza que bebía. Se comenzaba a reír de todas las ridiculeces que le hacían preocuparse y terminaba llorando al no tener aquello que no se sabe que es. Era el último pero seguro lugar al que sus divagaciones filosóficas lo llevaban.
"¿Por qué estoy aquí con ellos?, ¿por qué me has salvado hace mucho y ahora siento que me has dejado en total abandono?, sé que he hecho mal, pero ¿será Dios capaz de perdonarme o ya comenzó a castigarme?". Es el momento donde todo hombre a mediana edad llega. En medio de la confusión entre trago y no trago él necesita si debe seguir el camino o debe esperar la revelación de algo más?


0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio