Pupusas Fallidas
En la vida hay cosas que uno debe asegurarse de saber hacer las cosas bien antes de presentarlas al mundo. Cuando uno vende una idea sobre un producto crea una magia alrededor que todos los involucrados generan expectativas sobre como será. Es importante saber cerrar bien un ciclo completo.
En mi caso, le vendí a muchas personas la idea de que las pupusas son el alimento por default de cualquier salvadoreño y que generalmente son muy en cualquier parte y que no existe sabor de otra comida como eso. Había creado una magia alrededor sobre la comida y dado eso me pidieron que les preparará el platillo. Jamás las había preparado, pero dada mi poca experiencia en la preparación de otras comidas como carnes, arroz y otras cosas un poco más elaboradas que me salieron más o menos bien, acepté el reto y comencé a investigar.
Mi investigación incluía vista de recetas de como preparar el curtido, la salsa y sobre todo la masa de la pupusa. Así que lo primero fue preparar el curtido, lo cual hice una noche antes del gran evento y viendo las recetas llegue al sabor de un curtido muy bueno, era la primera vez que lo hice y pensé que tendría la misma suerte. Llegó la noche y comencé a preparar la masa, el chicharrón, los frijoles y el queso con la ayuda de mis valientes amigos que accedieron a probar mi experimento.
Preparé todo según lo había entendido y comenzaron a salir las pupusas. Cometí un error de no probar la primera y dada la apariencia de buen sabor que tenía me confié y seguí haciendo las siguientes 11. Al final, una de mis amigas me dijo: "Luis, esto está muy simple". Es ahí cuando mi decepción se comenzó a elevar, luego mi locura me hizo probar otras que había elaborado y no habían quedado con el sabor que estaba buscando.
Finalmente, por no quedar en vergüenza comenzamos a repartir las pupusas al resto de las personas y cuando comenzamos a comer. Todos tenían caras diferentes que no les puedo explicar, mi pena creció y causé lo que no quería: "bajar las expectativas del sabor de la pupusa". Estoy consciente que fue un error que yo mismo pude haber prevenido pero mi buena suerte en las comidas anteriores me llevo a confiar demasiado en mí.
Por eso, jamás volveré a hacer una comida nueva sin haberla probado yo primero antes. Fue una experiencia que me acordó a lo importante que es en Marketing probar un producto sin importar que tan rápido es el mundo en el que nos movemos; 100 veces un producto puede salir excelente y a la 101 vez puede afectar a muchas personas y afectar la magia que se crea sobre un producto. Siempre hay que hacer una prueba antes de salir a vender y nunca confiar al 100% en lo bueno que somos cuando hacemos algo nuevo.

